¡Hola a todos!
Soy Roberto y quiero compartir mis pensamientos sobre el decline de las series de terror, un tema que, como fanático del género, me preocupa bastante.
Falta de Originalidad:
Uno de los mayores problemas que veo es la falta de originalidad. Muchas series de terror actuales parecen reciclar los mismos temas y trucos una y otra vez. Los sustos predecibles y las tramas repetitivas han hecho que el género pierda su frescura y capacidad de sorprender. Extraño aquellos días en los que una serie de terror podía innovar y presentar algo verdaderamente aterrador y novedoso.
Enfoque Comercial:
La comercialización del género también ha afectado negativamente. Las productoras parecen estar más interesadas en generar ingresos que en crear contenido de calidad. Esto ha llevado a que se produzcan series más “seguras” que buscan atraer a un público más amplio, pero que pierden la esencia del verdadero terror. La sobreexplotación de franquicias exitosas es otro ejemplo de cómo el enfoque comercial puede diluir la calidad del contenido.
Efectos Especiales vs. Narrativa:
Otra cuestión es el exceso de dependencia en los efectos especiales en lugar de desarrollar una buena narrativa. Aunque los efectos especiales pueden ser impresionantes, no pueden sustituir una historia bien contada. Las series de terror clásicas, a menudo, tenían presupuestos limitados, lo que las obligaba a centrarse más en la atmósfera y la trama, logrando así un terror más psicológico y duradero.
Sobresaturación del Mercado:
La sobresaturación del mercado con demasiadas series de terror también ha contribuido al decline. Cuando hay tantas opciones disponibles, es difícil mantener un estándar de calidad alto. Muchas series terminan siendo olvidables, ya que no logran destacarse en un mercado tan competitivo.
Cambio en las Expectativas del Público:
Finalmente, creo que las expectativas del público también han cambiado. Con el acceso a tantas plataformas y una variedad infinita de contenido, los espectadores se han vuelto más exigentes y difíciles de impresionar. Esto ha puesto aún más presión sobre los creadores para innovar, lo que no siempre resulta en éxito.
