Este post puede sonar a repetido, pero es 1 crónica hecho por periodistas que sale en Marca.com
Los errores que cometió Iñaki Sáez ante Grecia
La cara de Sáez en la sala de Prensa era un poema. No coincidía para nada con sus palabras. El suyo era un gesto desencajado, preocupado, del que sabe que va a soportar casi todos los reproches. Muchas de sus decisiones pusieron a España contra la pared. Programó un partido, unos planes y los fue dando cuerpo aunque el encuentro y Grecia le fueran contando otra cosa. Éstos fueron sus pecados capitales ayer.
1) La suplencia de Joaquín. Fue el propio Sáez quien lo dijo: Grecia iba a obligar a España a jugar por las bandas, a abusar del regate hacia fuera, del desborde. Sin embargo, el seleccionador insistió con Etxeberria, que se va menos veces por el costado, que centra mucho peor. La entrada de Joaquín en el segundo tiempo le dejó en evidencia. Porque además fue una sustitución forzada. Fue producto de la lesión del vasco, no por una idea de Sáez.
2) La circulación de la pelota. Fue también el propio Sáez el que lo avisó en la víspera: a Grecia se la gana circulando muy rápido la pelota, moviendo de un lado a otro a toda velocidad y con mucha precisión. Era un canto a Xabi Alonso, en suma. El donostiarra tiene menos poder defensivo que Albelda, menos llegada que Baraja, pero organiza mejor que los dos. Era un duelo de tocar rápido, de mover al rival. Pero Sáez no lo vio.
3) El sistema sobre todas las cosas. Ya era conocido que de inicio Sáez jamás iba a renunciar a su pensamiento único del 4-2-3-1. Pero en diversos foros había dejado caer que sí, que en determinados momentos de algunos partidos, depende en qué circunstancias, sí podía modificarlo. Grecia, con mucha gente por detrás, con pocas ganas de ataque, se lo demandó a gritos durante muchas fases del partido. Pero especialmente al final, desde el empate en el minuto 66. Sin embargo, Sáez dijo que nones. Podía haber renunciado a un defensa (parecían multitud en el último tramo del encuentro) o a un pivote. Pero no. Volvió a declarar sagrada su propuesta táctica.
4) Huérfanos de delanteros. Que Sáez no lo tenía claro lo enseñó el minuto. El resultado, el perfil del partido, le pedía la entrada de Torres (Morientes ya no estaba en el campo y hacía falta remate). Pero eso le metía en una encrucijada que le va a terminar por atormentar: o sistema, que ya sabemos que no, o Raúl. Y quitarse de encima a Raúl cuando todavía no se gana es algo así como una herejía. Por eso tardó en decidirse. Y tanto sólo con Raúl, como luego sólo con ‘el Niño’, España acusó su falta de delanteros, de gente que pudiera finalizar los centros enroscados de Joaquín o Vicente, o los últimos pases de Valerón.
5) El miedo. Ya lo enseñó en los días previos, cuando cambió sus costumbres desafiantes de otras veces. Grecia se convirtió en un dolor de muelas, en un rival que le incomodaba de veras. Y Sáez dejó ver su preocupación demasiado. Parecía tener muy estudiado al enemigo, pero todo lo que hizo demostró que no. Ante un rival que no atacaba nada, hizo que España enseñara cautela. El conservadurismo mató a la selección.
6) Los cambios por reloj. Hasta ahora siempre le había dado resultado eso de la programación casi al segundo de los cambios en los partidos. Iñaki Sáez tiene la costumbre de pensar de antemano las sustituciones, de tenerlas decididas a priori, esté pasando lo que esté pasando en el terreno de juego. Puede cambiar de planes por circunstancias externas, como una lesión (le pasó con la sustitución de Etxebe por Joaquín en el descanso), pero por nada más. Había decidido de antemano que Valerón saldría por Morientes cuando el reloj marcase la hora de juego. Aunque el partido le demandara otra cosa, eso hizo. El gol de Grecia le sorprendió, pero no demostró cintura para improvisar una solución de emergencia. Había pensado que cambiaba a Torres por Raúl, y aunque con retraso sobre el horario previsto, eso hizo.