#30 Como ex-fumador te doy la razón, de hecho según escribía me he ido dando cuenta de lo mucho que ha cambiado en tan poco tiempo eso.
Ir por la calle y mirar a una persona y saber si era hombre, mujer o lavadora
Ahora miro a la Peña y ni ellos mismos saben lo que son
También hecho de menos los niños por ahí mangandola llamando a los timbres o en los parques jugando a pepe gotera o similares
Comprar tabaco para papá
Comprar cigarros sueltos para ti en un kiosco
Llamar por una cabina
Levantarte a cambiar la tele, aunque solo había dos putos canales
Corretear por la sección porno del videoclub hasta que te pillaba tu madre
Mandar cartas
#12 también hay que ver cómo se lo tomó Wilfred en su momento. Es curioso como se la sudaba y ahora van de lloricas. Un mundo débil lleno de quejosos estamos haciendo.
#44 En el mundo actual, ofenderte e ir de víctima te da privilegios. Ahora por una millonesima parte de eso, porque un solo espectador de 80k diga cualquier cosa medio racista, tienes a los jugadores de futbol queriendo salirse del terreno de juego.
#46 por eso lo digo. En esa época se sabía que el fútbol era así y valía todo insulto. Quizá lo que habría que ver es el hecho de insultar y no valorar su está bien o está mal dependiendo de si te metes por tener x color de piel, por su sexo o identidad sexual etc, porque al calvo, al gordo, al cabezon y al feo... con esos nos seguimos metiendo todos a saco para picarles y sacarlos de sus casillas, es el jugar en casa que da esos privilegios, pierden la concentración y blablabla. Hoy en día sigue valiendo insultar al árbitro y a todos excepto si es negro o mujer.
Por eso admiro a Wilfred, un ídolo en Vallecas.
La emoción de recibir una carta, leer tu nombre, reconocer la letra de quien lo escribió, salir corriendo a un lugar discreto para abrirla y soñar
