Estos dos articulos pueden aclararnos un poco que esta ocurriendo.
Saludos
"ESTO QUE ESTA PASANDO"
Santiago Niño Becerra - Miércoles, 17 de Septiembre de 2008
Hoy no tocaba hablar de esto, pero he recibido tantos mails, llamadas y abordamientos por los pasillos, que vamos a tocar el tema. “Esto que está pasando, ¿es la crisis?”; era la pregunta que ayer machaconamente me formularon. Otra: “Tu ya dijiste que sucedería esto, ¿qué va pasar ahora?”. Yo recomendaba que leyesen, aquí, la serie “Septiembre” (2ª Ed. Principios de Febrero del año en curso), vuelvo a hacerlo.
Bien, vamos por partes. ‘Esto que ahora está pasando’ no es ‘la crisis’, es parte de la crisis. Estructuralmente, esta crisis y la de 1929 serán muy, muy semejantes, de hecho ya se están produciendo similitudes: las arengas de Bush y Paulson, los comentarios de Obama y McCain, las intervenciones de otros políticos, por ejemplo, pero, entre ambas, habrá una diferencia fundamental: el crash del 29 se presentó de sopetón: de ahora para luego, la crisis del 2010 la estamos viendo venir: desde principios del 2007.
Lo que está llegando va a tener el mismo significado que lo que supuso la Gran Depresión, de hecho ahora viene otra Gran Depresión, pero así como entonces la novedad de los instrumentos financieros y productivos ocasionó que el derrumbe fuese casi instantáneo, ahora el derrumbe se ha producido tras haberse estado retorciendo esos instrumentos con absoluto conocimiento de causa, por tanto, el sistema puede irse preparando para lo que viene, pero los efectos de eso que viene serán más intensos porque lo que provocarán lo es.
Por otra parte, en 1929 no había ningún problema con las commodities, los recursos no escaseaban, incluso había amplias zonas en el planeta que aún se hallaban ‘vacías’ o, si no, podían ser vaciadas sin excesivos problemas (la última masacre de indios en USA había tenido lugar hacía menos de 40 años), es decir, el sistema ‘iba a más’. La crisis fue terrible, sus efectos pavorosos, pero no había limitaciones para crecer, para ‘ir hacia arriba’.
Ahora, sin embargo, sí hay problemas con las commodities: la tendencia de su oferta es decreciente, el monto de la deuda privada es alucinante, ya se está produciendo un excedente permanente de población activa que nunca va a ser necesario. Ahora, el planeta no está ‘yendo a más’, simplemente porque no es posible ir a más como se ha ido, ahora se apunta ‘a menos’, a una altísima productividad y eficiencia pero a costa de reducciones en el PIB global.
La de 1929 fue una crisis que, como todas las sistémicas, se produjo porque se agotó el modo como se habían estado haciendo las cosas: la economía mundial, a finales de los años 20, podía hacer más de lo que estaba haciendo, las poblaciones de los distintos países aspiraban a todo porque no tenían casi nada, la productividad favorecía esas expectativas; la crisis se produjo porque el corsé del Modelo Clásico impedía todo eso. Fue terrible, pero los cambios que se introdujeron trajeron el período más deslumbrante de la historia de la humanidad.
Ahora sucede todo lo contrario aunque también se ha agotado la manera como se han hecho las cosas: el sistema ha estado desperdiciando recursos porque los ha estado sobre explotando, todo tipo de recursos, de tal modo que la utilidad marginal de las cantidades de recursos que se han ido utilizando ha sido decreciente. Para dar salida a los fabricados al sistema tan sólo le quedó una salida: permitir el hiperendeudamiento y diseñar los instrumentos financieros que lo posibilitaran. Ejemplos, miles. ¿A dónde hemos llegado?, pues a un lugar en el que sobra de todo, en el que se ha alcanzado el límite físico de la capacidad de absorción y en el que se ha llegado al final de las expectativas de suministro de recursos al ritmo fijado. No ha sido una cuestión ni de sadismo, ni de estupidez, simplemente la evolución ha llevado a eso porque no podía llevar a ninguna otra parte.
Más. En el 29 se perdió la confianza, pero la esperanza permaneció; ahora la confianza (que era mucho mayor porque debía serlo al necesitarse mucha más debido al volumen alcanzado por el sistema) se está perdiendo a pasos agigantados, pero también la esperanza se está marchando. En 1929, durante los 30, las madres y los padres estaban convencidos que sus hijas e hijos vivirían mejor que ellos, mientras que las hijas e hijos creían que estarían mejor que sus madres y padres, hoy, sin embargo, no es así: se sabe, se conoce que los descendientes van a vivir peor que sus progenitores, y eso es nuevo, nuevo y terrible.
Como ven, muy semejantes y, a la vez, muy diferentes.
Bien, sigamos. El crash del 29 estalló, y ya sabemos lo que pasó después. Hoy … aún no ha estallado nada y nada va a estallar. Aquello, lo del 29, fue una explosión, esto, lo del 2010, va a ser un desbordamiento. Esto que estamos viviendo ahora y que se manifestó en Septiembre del 2007, no es más que el inicio de la crisis; es la crisis porque es parte de ella, pero no es un crash, porque, fundamentalmente, no va a producirse ningún crash. Si quieren bautizar a lo que está sucediendo ahora, llámenle precrisis.
Hasta mediados del 2010 vamos a seguir así, aunque 1) tendencialmente, la economía, sus índices y agregados, cada vez serán peores y, 2) psicológicamente, la población cada vez estará más jodida. Hasta mediados del 2010 va producirse un deslizamiento progresivo a peor, sin caídas profundas, sin grandes desastres (dirán, ‘¡Hombre!, ¡la quiebra de Lehman!’, no, no crean: en el fondo es un fallido más, el problema es lo que significa: si hubiese quebrado en el 2005, casi, casi ni se hubiese comentado), pero cada vez con menores esperanzas.
A finales del 2009 ya será evidente que se acerca una crisis monstruosa; a principios del 2010 estará aceptado que esa crisis es inevitable, y a mediados comenzará el derrumbe, a plomo, en vertical, ¿cómo en 1929?, menos terrible porque aunque el modelo de protección social se halla en retroceso y, además, se producirán recortes en sus gastos, sus restos actuarán de colchón, pero, más terrible porque la población está acostumbrada a un ritmo de vida que va a cambiar. De todos modos, en parte por el hartazgo de estos años pasados, en parte por la concienciación ambiental, en parte por el propio pavor generado por la indefensión que la población sentirá, en parte por la sensación de inevitabilidad que se instalará, posiblemente la gente no viva excesivamente mal la situación: ‘es así, nada se puede hacer’.
Esto es ‘lo que está pasando’, esto es ‘lo que va a pasar’. Volveremos sobre el tema.
(Lo que está sucediendo no me ha sorprendido, nada, pero sí como está sucediendo. Sinceramente pensaba -y Uds. han podido leerlo aquí- que la FED, o quien-sea, iba a sostener el tinglado financiero como fuese, hasta Noviembre, hasta las elecciones, y no ha sido así. Me comentaba un amigo que se mueve por el mundo financiero que para los Republicanos no era justificable, aunque quisiesen, seguir salvando entidades podridas porque hacer eso restaría fuerza a su propuesta estrella: bajar los impuestos; tal vez, tal vez, pero yo me inclino por otra interpretación: la cantidad de mierda es tan monstruosa, el grado de contaminación tan tremendo, el nivel de afectación por la gangrena tan brutal, que se ha llegado a la conclusión de ya es inútil/imposible salvar nada, tan sólo suministrar calmantes (inyecciones de liquidez) hasta que se produzca el fallecimiento).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
"MEDIDAS"
Santiago Niño Becerra - Jueves, 18 de Septiembre de 2008
Cita:
Se está inyectando pasta en el sistema: los Bancos Centrales. ¿Somos conscientes de lo que se está haciendo?. Se está ‘comprando’ mierda con dinero ¿bueno?.
Ya sé. Todo tiene que cuadrar y existen controles de calidad, pero es una situación de emergencia (no lo es: es la evolución de una crisis sistémica: no tiene nada de emergencia), por lo que se actúa sobre la marcha, a la desesperada: ¿se están aplicando los controles de calidad a lo que entregan las entidades con problemas a cambio de pasta fresca?; esa pasta fresca que se entrega, ¿es realmente buena?, ¿está perfectamente controlada su cantidad?. Me explico.
En el fondo se está incrementando la oferta monetaria, pero, esa OM, ¿está saliendo a la calle?, ¿necesita, realmente la calle de esa OM?, o esa OM está sirviendo para tapar agujeros y resolver problemas -temporalmente, claro- y mantener la bomba tapada?.
Más. ¿La intención (desmentida, no, sí, tal vez, puede ser) del Gobierno del reino de aprobar una normativa que anule la contratación en origen?; absoluta y totalmente lógica, de un realismo meridiano. Quienes la critican, o no han entendido la filosofía que subyace en la propuesta, o quieren armar follón por armarlo, lo que no es útil ni eficiente; y eso, la utilidad y la eficiencia, es la filosofía que hay detrás de la futura prohibición.
Vamos a ver. La oleada de inmigrantes que han estado llegando al reino (Cataluña: 14% de la población total: segunda región europea, tras Flandes, con mayor tasa de población inmigrante), vino porque se la dejó venir … para que realizaran tareas que … a las españolas y a los españoles no se les podía pedir que hiciesen … pagando por realizarlas lo que se quería pagar y con las condiciones de trabajo que se querían implementar.
Dígase de una puta vez: a la inmigración se la trajo para que generase unas plusvalías que, de otro modo, no se hubieran generado, en el tiempo que se han generado.
Porque claro, un ingeniero de sistemas alemán que está desempeñando su tarea profesional en la planta que Volkswagen tiene en Martorell, Barcelona, y que está residiendo en un apartamento de la Avenida de la Bosanova de Barcelona y pagando por él 3.500 euros mensuales, es un inmigrante, pero, cuando se habla de inmigración, ¿quién piensa en él?.
Las plusvalías las han generado las hordas de ‘turistas’ entrados por los aeropuertos y, en mucha menos medida, los llegados en pateras. Mano de obra barata y sumisa porque era población miserable. Hasta ahora no ha habido prácticamente ningún problema con la inmigración porque, prácticamente nunca, no han estado competiendo con la población activa española por los mismos empleos ya que, y ahí radica el quid de la cuestión, la demanda de ese tipo de trabajo en el que se ocupaba la inmigración ha sido superior a la oferta. Pero eso se está acabando.
Este año ya, pero el próximo y, sobre todo el 2010 y siguientes, van a ser terribles; se alcanzarán crecimientos del PIB negativos y tasas de desempleo cercanas al 30% (ya han leído aquí estas previsiones); entonces, cuando eso suceda, la demanda de ese tipo de trabajo, de todo tipo de trabajo se hundirá, mientras que la oferta de trabajo, incluso, puede que crezca, y no por la inmigración, sino formada por la ciudadanía española a la búsqueda de un empleo que le proporcione algo de renta (ingenieros de sistemas alemanes continuarán llegando).
El Gobierno, las fuerzas vivas del país se han hecho el razonamiento expuesto en las líneas anteriores, y la conclusión ha sido obvia: hay que ‘favorecer’ la salida de inmigrantes no ocupados o que van a estarlo, y hay que impedir la llegada de nuevos: ¡ya habrá oferta de trabajo española para cubrir la poca demanda de trabajo que va a haber!. Insisto, o no se ha entendido o ganas de armar follón (¿por qué me da la sensación que se trata de lo segundo?).
Las ya conocidas cifras de desempleo en USA: munición para la campaña: de un lado y de otro, pero, en el fondo, el mismo problema: población activa excedentaria, aunque con un agravante: la actividades que deben continuar realizándose (?) y que únicamente son rentables -hoy, claro- con mano de obra inmigrante: si, por ejemplo, se eliminan los ‘espaldas mojadas’, la agricultura de la Alta California tiene que desaparecer, ¿o no?: ¿Cómo sería “Las uvas de la ira” en versión 2006?. (Y aún no hemos llegado a Noviembre, ¿se imaginan la que se puede liar después?).
(Acabo con esto: podríamos seguir. Se habrán dado cuenta de lo que ya está pasando: ayer el Dow: se está deshaciendo la confianza, se está diluyendo, licuando: incluso compañías que, teóricamente, no están mal son puestas en tela de juicio, sus datos cuestionados, sus verdades miradas con temor. Mal asunto, muy malo).