#295 Coincido con usted con respecto a la tarea seleccionadora directamente relacionada con la continuación de nuestra especie; pero me gustaría, si me lo permite, ampliar un poco su alegato con opiniones propias.
Solo se están teniendo en cuenta los factores económicos y el aspecto físico (este último algo subjetivo, ya que cada persona tiene sus preferencias al margen de la imagen general aceptada) pero ¿qué hay del factor psicológico?
El cortejo en el ser humano, en muchos casos, no solo se basa en una aprobación de las características fácilmente apreciables del individuo, sino también en la su carácter, gustos, personalidad, creencias... por ejemplo, un hombre que, físicamente solo pueda alcanzar un 6 en la escala, podría subir a un 7 u 8 si su personalidad o manera de afrontar la interacción con la mujer de interés resulta interesante o agradable; resultando todo esto en la aparición de cierto interés romántico/sexual, en principio inexistente.
Del mismo modo, una mujer vista por un hombre como un simple contenedor de placer sexual, con el comportamiento preciso adaptado a los gustos del susodicho puede resultar en interés romántico o de protección. La hembra deja de ser vista exclusivamente como un ser beta proporcionador de satisfacción momentánea, para buscar en ella una relación cercana a largo plazo.
Así pues, mi buen señor, se ha olvidado de algo que lleva caracterizando a nuestra especie desde tiempos inmemoriales y es (puede reírse si así lo desea) el amor.
Bien podemos concluir en que el amor es solo una respuesta biológica para asegurar la protección de una pareja concreta y de, si se diese el caso, su camada; pero es innegable la fuerza que tiene en muchos individuos.
Muchos hombres son incapaces de llegar a unirse a otra hembra ajena a la escogida como compañera pese a saber que, posiblemente, jamás serían descubiertos. Su mente frena cualquier tipo de comportamiento de carácter procreativo recurriendo a una imagen mental de esa persona.
¿Provoca este comportamiento que el hombre deje de ser considerado alpha?
Algunos pensarán que sí; pero si él ha cumplido su misión de procrear con esa mujer, la cual le acepta como único hombre aceptable, y ha sabido llevar a su descendencia a buen puerto (perdón por la expresión popular) mientras que el "promiscuo" no lo ha hecho. Entonces, la naturaleza lo considerará a él el vencedor.
¿Qué ocurre si el promiscuo ha tenido descendencia pero debido a su incapacidad para recordar dónde ha dejado su semilla no ha tenido nada que ver en el crecimiento de la prole? En tal caso, él no podrá ser considera alpha, solo un tubo de esperma sin mayor uso, mientras que las personas que han cumplido su papel de guías con esos niños serán los verdaderos vencedores según el orden natural del ser humano.
También me gustaría comentar acerca del tema de las violaciones:
Si un hombre/mujer es incapaz de procrear siguiendo las reglas naturales del cortejo y su única opción es la sumisión obligada del sujeto en cuestión, no es más que un ejemplo de deficiente en términos de interacción social y por lo tanto de status 0 para la víctima.
Eso no quiere decir que la prole resultante del caso de la violación de un hombre a una mujer no sea sana física y psicológicamente si tiene la educación y cuidados adecuados por parte de la madre (en muy pocos casos es así debido al factor afectivo del que he hablado antes, el cual es muy dificil de adquirir cuando el niño es fruto de una experiencia tan traumática y tortuosa) o familia adoptiva.
También he llegado a leer por ahí arriba que la promiscuidad femenina afecta a la continuidad de la especie. Lo cual no es del todo cierto, ya que no hay relación alguna entre los hombres con los que mantenga relaciones una mujer y su fertilidad.
Lo que sí es cierto es que esto choca con la firmeza de la relación con un hombre en concreto y, por lo tanto, con la seguridad (tanto afectiva, como económica) que los niños adquieren en un ambiente familiar. Esto es también aplicable a un hombre, ya que si es infiel y su novia le abandona por ello (no cumple con las expectativas afectivas) tampoco cumple con el entorno familiar seguro.
Esto tampoco niega la incapacidad de un hombre o mujer solos para sacar adelante a unos niños, pero es infinitamente más difícil que con dos personas que se pueden repartir el trabajo, y, en muchos casos, acaban recurriendo a ayuda externa para subsanar ese vacío (abuelos, niñeras, etc...).
En conclusión. El ser humano se rige por la selección natural ligada a su capacidad para adaptarse a las necesidades (tanto físicas, económicas, sociales y afectivas) de las personas con las que mantiene relaciones y no se rige por un modelo concreto de conducta: ni todos los hombres son promiscuos, ni todas las mujeres son monógamas.
PD: Perdón por desviar el tema, pero es que tenía muchas cosas en la cabeza.