hola, alguien conoce el relato de A. P. Reverte en el que es una preciosa hstoria de amor pero al final todo se destruye porke el hombre muere en las torres gemelas? kiero saber si esta incluida en algun libro o puedo sacarla de algun lado
Segura qué es de Pérez Reverte? Porque no me suena, pero hay un libro de relatos de magdalena guiñazú que sí que tiene un cuento que trata sobre eso.
Pues estoy 99% convencida de ke es de reverte ,pero ahora ke me dices eso dudo
y donde puedo encontrarlo?
El relato que te digo en una librería, ahora no me acuerdo el nombre del libro pero si quieres te lo busco.
Ese relato que dice laurita se publico en la revista "El semanal" hace la ostia, un par de semanas mas tarde de que se estrellasen los aviones en las torres gemelas. Ahora paso a responder:
SI es de Arturo Perez Reverte
SI puedes conseguirlo
Arturo Perez Reverte tiene todos sus articulos recopilados en dos libros que son esenciales para sus fans, el primero de ellos se llama
"Patente de corso" y abarca todos sus articulos en la revista "El Semanal" desde su comienzo hasta no recuerdo que año
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&Code1=2980754836&Code2=247&prodID=249634
el segundo libro se llama
"Con animo de ofender" y recopila todos sus articulos en la revista "El Semanal" desde la fecha en la que acaba el anterior libro hasta hace relativamente poco
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&Code1=3097714373&Code2=239&prodID=362702
es en ese segundo libro donde encontraras el relato que dices, de los mas estremecedores, humanos e intensos que he leido referentes al atentado del 11S
P.D: ¡¡¡No la cagues y no busques nada de esa tia que de la tia esa no es!!! XDDDD
P.D.2: Arturo Perez Reverte es el amo
#9 De esa tía leí yo un relato que iba de ese tema, otra cosa es que no sea el que no dice la chica, pero no me diga que no lo busque porque lo he leído yo.
El libro es historias de hombres, mujeres y jazmines, del nombre del relato ya no me acuerdo.
#11 yo no digo que no exista, que cojones, relatos del 11S existen millones, pero el que busca la chica es el de Arturo Perez Reverte, y yo ayudo en lo que la chica pide, no le aconsejo sobre un relato que leí hace tiempo de Rita la Cantaora que iba sobre el combustible que prendia fuego al florero de la planta 42 de la torre gemela 1
Yepa... llego tarde, justo esta noche he conseguido descargar el libro de "Patente de corso" (Si, tengo el original, malpensados), asi que he decidido hacer un copypaste de el relato que esta chica solicitaba, como antes dije, a mi parecer, uno de los mas humanos e intensos que leí respecto al atentado del 11S
FELIZ AÑO NUEVO.
Era guapísima, pensó. La mujer más guapa del mundo. Un vestido negro, escotado por detrás, el pelo recogido en la nuca. Unos ojos grandes e inteligentes que lo miraron de esa manera singular con que miran algunas mujeres, como si se pasearan por dentro de ti, escudriñándote cada rincón, y esa certeza te erizara la piel. No sabía cómo se llamaba, ni quién era. Ni siquiera si estaba con otro. Pero comprendió que era ella. Así que venció el nudo que se le había hecho en la garganta y dijo aquí te la juegas, chaval, te juegas el resto de tu vida, y a lo mejor haces el ridículo más espantoso; pero sería peor no intentarlo. Así que se fue derecho hacia ella, recorriendo esos cinco últimos metros que ningún hombre inteligente franquea si no son los ojos de la mujer los que invitan a recorrerlos. Hola, me llamo tal, dijo, y no me perdonaría nunca dejarte salir de mi vida sin intentarlo. Ella lo miró despacio, evaluando su sonrisa algo tímida, la manera sencilla que tenía de estar de pie ante ella, encogiendo un poco los hombros como diciéndole ya sé que lo hemos visto muchas veces en el cine y por ahí, pero no puedo evitarlo. Te pareces a esas cosas que uno sueña cuando es niño.
Lo consiguió. La felicidad le estallaba dentro y el mundo y la vida eran una aventura maravillosa. Bailaron, rieron. Compartieron sus mundos e hicieron que éstos empezaran a fundirse el uno con el otro. Música, cine, viajes, libros. Tiene cosas que yo necesito, pensó. Cosas que a mí me faltan. A veces se quedaban callados, mirándose un rato largo, y ella sonreía un poco, casi enigmática. Quizá se sienta como yo me siento, pensó él. Tocó su piel, rozándola con precaución al principio. Acercaron los rostros para conversar entre la música, acarició su cabello, respiró su aroma, asimiló cada registro de su voz. Algo hice para merecerla, pensó de pronto. Los años de colegio, la facultad, el trabajo, la lucha por la vida. Sentía que era un premio especial; que una mujer así no caía del cielo a cambio de nada. Eso lo hizo sentirse más seguro, más cuajado y adulto. Y en sólo unas horas, maduró. Se hizo lúcido y se dispuso a merecerla.
Llegaron las campanadas. Ding, dango Todos bailaban y reían, brindaban, chocaban las copas salpicándose de champaña. Feliz 2001. Feliz año nuevo. Él nunca había sido muy sociable; tenía sus ideas sobre las fiestas de año nuevo en general y sobre la Humanidad en particular, y no eran ingenuas en absoluto. Sin embargo, aquella vez amó a sus semejantes. Los habría abrazado a todos. Con la última campanada ella se quedó mirándolo en silencio, la copa en la mano, la boca entreabierta, y él se inclinó sobre sus labios. Sabían a champaña y a carne tibia, ya futuro. Alrededor los amigos aplaudían y bromeaban sobre el flechazo. Ellos seguían mirándose a los ojos y se besaron de nuevo, ajenos a todo. Y más tarde, rozando el alba, la acompañó a su casa. Se besaron de nuevo en el portal, mucho rato, y él regresó a casa caminando en la luz gris del amanecer, las manos en los bolsillos, sintiendo deseos de dar pasos de baile, como en las películas. Estaba enamorado.
Pasaron los meses y se amaron con locura. Ella estaba en el último año de carrera; él, a punto de conseguir el trabajo soñado durante muchos años. Viajaron juntos y hubo un verano maravilloso, el mar, los paseos por la playa, las noches cálidas. Cuando estaban juntos apenas necesitaban otra cosa. Ella se le aferraba, jadeante, sus ojos muy abiertos cerquísima de los suyos, abrazándolo como si pretendiera hundírselo para siempre en las entrañas. Te amaré toda mi vida, dijo él. Me parece que deseo un hijo dijo ella. Que se parezca a ti. Que se nos parezca. El mundo era una trampa hostil, pero podía ser habitable después de todo. Era posible, descubrieron sorprendidos, construir un lugar donde abrigarse del frío que hacía allá afuera: un refugio de piel cálida, de besos y de palabras. A veces se imaginaban de viejos, con nietos, libros, un pequeño velero con el que navegar juntos por un mar de atardeceres rojos y de memoria serena.
Aquel año consiguió el trabajo por el que había luchado toda su vida. Un puesto de responsabilidad en una multinacional importante. El primer día que fue al despacho, al llegar a su mesa situada junto a la ventana con una vista maravillosa de la ciudad, pensó que había llegado a algún sitio importante, y que el triunfo también era de ella. Tenia que compartir ese momento, así que descolgó el teléfono Y marcó el número de la casa donde ahora vivían juntos. Estoy aquí, lo he conseguido. Estoy en la cima del mundo, dijo. y te quiero. Mientras hablaba sus ojos se posaron, distraídos, en el calendario que estaba sobre la mesa: martes 11 de septiembre. Luego se volvió a mirar por la ventana. El día era hermoso, los cristales de la otra torre gemela reflejaban el sol de la mañana, y un avión enorme se acercaba volando muy bajo.
El Semanal, 30 de diciembre de 2001
Este tio me rompe con su forma de escribir y sus cojones a meterse con quien le salga
Acabo de pillarme "Con animo de ofender" de la bilioteca xD
es buenisimo ese relato, y mas perez reverte, muchas gracias por ponerlo , asi haber si a los demas les gusta