Historia del pasado viernes:
Quedé con una azafata de 27 años (mea culpa) con la que había hablado cuatro palabras por Whatsapp, la chica no parecía muy brillante pero tenía una follada importante así que concerté una cita a ciegas sin darle muchas vueltas, si era tonta ya me las apañaría.
Quedamos en Sol, llegué un poco tarde pero ella aún no estaba. Levanto la vista y la veo acercarse. ¿Sabéis el efecto animadora? ¿Que cuanto más mujeres en un grupo más guapas te parecen todas? Bien pues ella iba sóla y no había efecto animadora que salvase ese rostro.
Trago saliva y me predispongo mentalmente para que haya mucha conexión para que me entren ganas de follármela porque sabía que el cuerpo compensaba la cara. Y aquí empieza el Via Crucis:
De camino al bar le tenía que sacar la conversación con sacacorchos, algo que quise justificar como normal porque muchas chicas de primeras se quedan muy cortadas y tardan en entrar en la dinámica. Iluso.
No sé con cuántas tías he quedado en mi vida, pero JAMÁS había conocido a una ameba de este calibre. Parecía que le faltaba un hervor, de hecho ahora que lo pienso posiblemente le faltase. Ya no es que no sacase conversación o diera juego, es que activamente luchaba para cercenar cualquier atisbo de interlocución. La mitad de temas que sacaba los anulaba con respuestas que no llevaban a ninguna parte, y la otra mitad eran para ella temas tabú de los que se negaba hablar, este segundo grupo está formado por cualquier tema que añadiese un poco de gracia y picante a una cita, por lo que la situación era insoportable.
De verdad no puedo explicároslo con palabras, nunca había visto nada ni remotamente parecido a esta chica.
Afortunadamente estoy curtido en mil batallas y la cita estaba yendo bien a sus ojos, no paraba de tocarse el pelo, se sonrojaba a la mínima, me validaba constantemente... pero por dentro estaba asqueado de estar ahí, ya había decidido que no me la quería follar y estar ahí era una tortura china, pero no había pasado ni 1 hora y me parecía mal cortar en seco así que pensé: "¿cuánto tiempo podrá aguantar este vegetal en silencio?"
Así que decidí quedarme callado. Di un trago largo a mi copa, miré a mi alrededor, la miré, sonreí, seguí mirando tranquilamente a mi alrededor... y la muy hija de puta defendió su encefalograma plano con uñas y dientes. Me ganó y se me escapó una risa:
— ¿Qué pasa?
— Pasa que eres la chica más "callada" que he visto en mi vida
— Qué va, si todos me dicen que soy super habladora
Me reí y me quedé callado de nuevo para evidenciar lo "super habladora" que era.
Tenso silencio, como si hubiera un mono con platillos en el interior de su cráneo.
— Sí que eres habladora sí - me río
— Hombre es que si te quedas callado... ¡para eso me voy!
— No, espera, nos vamos a ir los dos — pido la cuenta.
Cuando pronuncié esa frase su reacción fue impagable. Levantó las cejas y abrió la boca. No daba crédito a lo que estaba ocurriendo. Pasaron unos segundos y se le puso una cara de acelga premium que duró hasta que nos despedimos. Salimos del sitio y fuimos caminado hasta el metro de Sol. Aliviado por haber escapado iba con una media sonrisa y ella roja (no sé si de furia o de vergüenza) intentando sacar conversación (too late):
— ¿Es que no vas a decir nada? — me increpa, le contesto enviando un audio a mi novia que estaba por Sol.
Llegamos a Sol, y pensaba que ya se iría dejándome en paz pero nada más lejos, insiste:
— Que sepas que me habías caído muy bien hasta ahora, al final ya no
— Cosas que pasan
— Eres un puto borde
Me río y le digo que no pasa nada, que hay veces que las personas no se llevan bien, levanto una mano para darle los dos besos y le digo "encantado igualmente", rechaza mis dos besos y se da la vuelta con cara de respirar amoniaco.
Instantes después estaba descojonándome con mi novia por la cita en la que me había metido.