Objetivo de la OMS: acabar con la malaria resistente
El mundo se arriesga a perder el tratamiento más potente que existe contra la malaria si no se toman urgentemente medidas para prevenir el desarrollo y la propagación de las cepas resistentes a los fármacos. Así de alarmante se ha mostrado la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante el lanzamiento -junto con la organización Roll Back Malaria- de un plan de acción para contener la resistencia a la artemisina.
Los esfuerzos y la enorme inversión para atajar la malaria, con vistas a erradicarla algún día, se perderán si se propaga una forma de esta enfermedad que es resistente a los medicamentos más accesibles y generalizados, los que están hechos a base de la planta artemisina. "Nuestra arma más poderosa está amenazada", ha declarado la directora general de la OMS, Margaret Chan.
La urgencia del plan radica en que no existen otros fármacos contra la malaria que ofrezcan el mismo nivel de eficacia y tolerancia entre los enfermos. Tampoco existe una vacuna, aunque hay varios equipos tratando de desarrollar una.
Por ello, la OMS pide que los esfuerzos para evitar que la malaria resistente se propague deben intensificarse y coordinarse mejor. Según explica Chan, el núcleo de la forma de malaria resistente se encuentra en la frontera entre Tailandia y Camboya, en tanto que se sospecha de otro foco en la vasta zona que atraviesa el río Mekong.
El objetivo concreto del plan mundial es, precisamente, detener la malaria resistente donde se encuentra en la actualidad, controlar su origen y evitar -o al menos retardar- su propagación internacional.
Objetivos
El nuevo plan mundial se propone, en primer lugar, detener la propagación de las formas resistentes del parásito, aunque para esto "se necesitarán recursos adicionales", indica Chan. Concretamente, harán falta entre 10 y 20 dólares adicionales por persona en las zonas con resistencia confirmada y entre 8 y 10 dólares en las zonas de riesgo, como el Gran Mekong.
Asimismo, la OMS considera indispensable intensificar el seguimiento y vigilancia de la resistencia, pues de los 75 países que deberían realizar sistemáticamente pruebas de eficacia de sus tratamientos, solo 31 las cumplen.
"Existe el riesgo de que en la zonas que no están sometidas a vigilancia permanente de la resistencia a la artemisina, esta cepa se extienda de forma imperceptible", según el organismo.
Otra de las medidas que propone es mejorar el acceso a las pruebas de diagnóstico de la malaria, de modo que los tratamientos convencionales se apliquen de manera racional.
En los últimos 10 años, el número de casos de malaria descendió un 40% en los países donde esta enfermedad es endémica con lo que en ese periodo se salvaron 750.000 vidas.
Los progresos han sido más notorios desde 2006, cuando se generalizó el uso de las mosquiteras tratadas con insecticidas, así como los tratamientos basados en artemisina.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/01/12/biociencia/1294834259.html
Ojala que sea posible controlar la malaria resistente y así evitar su propagación que tendría gravísimas consecuencia para todos los paises que sufren esta terrible enfermedad. Cada año mueren 2 a 4 millones de personas por esta enfermedad. De paso espero que llege la vacuna de una jodida vez.