Que recuerdos... los X-Com...
Ciertamente, creo que la saga X-Com fue un antes y un después. La gente que juegue ahora no va a entender lo que fue este juego, la magia del momento, salir a la calle, pasear y pensar en el siguiente movimiento con tus dos amigos mientras la gente pasa a tu alrededor sin inmutarse de que el teniente, el alferez y el capitán están debatiendo sobre la próxima misión bajo el sol de la tarde.
En estos tiempos, con tantos remakes, juegos con gráficos de la madre, y tanta publicidad se ha perdido la magia de entonces. Yo creo que si volviera a retomar los X-Com creo que diría: sí, es el X-Com, pero el pasado ya está escrito, y solo evoca recuerdos de mi juventud a los que ahora solo puedo acceder desde la nostalgia.
Me alegra mucho haber accedido a este foro y poder ver que aún hay auténticos soldados, veteranos de una guerra que solo combatimos algunos mientras la humanidad cerraba los ojos.
Recuerdo aún el día que me compré la micromanía, allá por el 97, con todos aquellos demos que probábamos en el ordenador de mi amigo (el único de nosotros que tenía pc por aquél entonces, grande el MSDos ^^). Mi primer contacto fue el X-Com Apocalypse, del que me enamoré y tras aquello, indagando en aquellos días, encontramos el X-Com terror from the deep. Despertó en mí una nueva sensación que nunca se ha ido. Algo mágico.
He jugado a todo lo que se ha parecido a X-Com después del 97, año que recuerdo con gran cariño. Todos los juegos comprados con mi dinero. Pero tras el X-Com Apocalypse todo fue cuesta abajo, y yo más viejo me hice. Año tras año conservé la esperanza de que algún día volvería X-Com. Fui viendo cómo mis amigos abandonaban toda esperanza, yo les decía que no! que volveríamos a sentarnos los tres delante de un ordenador para organizar las bases! Pero el tiempo me dio la espalda.
El Interceptor y el Enforcer acabaron en la estantería junto con una bonita etapa.
Sobre 2001-2002 uno de mis amigos y yo descubrimos UFO Dreamland, de Mythos, el que iba a ser un digno sucesor de la saga. Quebró la empresa y Cenega compró los derechos. A partir de aquí vino la decadencia.
En 2004 llegó Ufo Aftermath de la mano de Cenega, fue como una chispa en mi cerebro, volverían los días antiguos. Pero ya habían cambiado muchas cosas y el juego no superó las expectativas de los veteranos. A la estantería. Lo mismo sucedió con sus dos predecesores. Un sueño que se esfuma y una esperanza que se apaga. Mis amigos ya no eran ellos, eran adultos y yo el único niño.
Continué con mi esperanza, aún ardiendo en mi interior como un fuego fatuo que no quiere extinguirse.
Por allá del 2008 me enfrasqué en una nueva búsqueda de juegos o remakes del x-com, encontré algunos, el mejor sin duda por entonces el Ufo Extraterrestrials. Lo probé, jugué, traté de volver a mi infancia. Nada era igual, ni parecido. Todo era una fría sensación de vacío. Por primera vez pensé que se cerraba una etapa de mi vida, que había que madurar, que el niño del lanzasaetas se había perdido para siempre.
Pasó otro año y descubrí el Ufo Alien Invasion. Lo jugué con ojos de adulto, sin comparaciones, un juego más de los miles que he probado y que al cabo de un mes supondría el consiguiente uninstall y adios. Lo cierto es que me sacó alguna sonrisa. Sobre todo, esas bases con esas instalaciones tan bien hechas, ese mimo dedicado en la geoscape. Sin duda un buen juego, incacabado, pero un buen recuerdo a la memoria de una saga que yace bajo el mar.
Y llegamos al final, 2011, XCOM, juego shooter... mis amigos me sonríen cuando les hablo cada vez que les notifico un nuevo juego sobre la saga. Sé que perdieron su esperanza mucho antes que yo. Pero, tras echar unas risas sobre cómo ha cambiado todo, de Estrategia por turnos a shooter, ahora se ve una pequeña luz al final del túnel. Una luz procedente de un estudio llamado Firaxis, que luchaba por aquellos días con su mítico Civ. Esta gente ha prometido algo muy gordo, es tan así que mientras aplaudo su decisión, algo me dice que aquél niño no va a regresar, porque los juegos de antes se fueron a acostar con aquél niño que jugaba a ser soldado, con la juventud y con la ilusión de aquellos días.