Un nuevo anuncio del nuevo campeón, que guarda relación con los dibujos que implementaron en las piedras de la jungla en el último parche.
En español: http://euw.leagueoflegends.com/es/champion-preview/wonder-above
Los relatos no son sólo parte de la historia. Pueden ser mucho más. Nutren la mente y, si se cuentan bien, pueden incluso llenar el estómago. Algunos de ellos son incluso advertencias que nos llegan desde otros tiempos. Otros nos dan un poco de aliento frente a los pesares de la existencia. Nos reímos de los necios, alabamos a los héroes y maldecimos a los villanos hasta que la fogata se convierte en rescoldos.
Nuestra primera regla es: Puede que lo hechos sean importantes, pero no lo son tanto como el relato, o como contar quiénes somos y por qué vivimos. Puede que los detalles cambien y se difuminen, pero la verdad pervive para siempre con nosotros.
Las historias están por todas partes. Las construimos con lo que vemos. Hasta el cielo nos susurra desde arriba.
Mirad el Vigilante de Hielo.
El verano comienza a levantarse y el heraldo del invierno domina el firmamento.
Una horda de esas criaturas extrañas esclavizó antaño las tribus de Freljord. Sepultaron Valoran bajo los glaciares y cubrieron toda Runaterra con un velo de sombra.
El Vigilante de Hielo señala el fin de la cosecha. Nos recuerda que debemos prepararnos para el zarpazo del invierno.
Una nube de humeante destrucción flota sobre el cielo nocturno. Es la caída de Shurima.
Los ancetros tanteaban a ciegas en la oscuridad y en su orgullo estuvieron a punto de deshacer el tapiz de la creación misma. Los nobles hijos de Shurima, que habían alcanzado la Ascensión, encontraron una hebra suelta y tiraron de ella. La vulgaridad de su ambición consumió millares de vidas inocentes y puso fin a una edad de oro.
Tal fue la suerte de la poderosa Shurima y de los hombres que quisieron ser dioses.
No se debe jugar con los poderes que rigen la vida y la muerte.
La Corona Fragmentada es la recompensa de un rey por resistirse al abrazo de las sombras. Creo que estamos hechos para reflexionar sobre la mortalidad a través de la poesía y el verso, no para hacerla esclava de nuestra voluntad.
Hubo un tiempo, no hace tanto, en que esa constelación estuvo ausente del firmamento.
Algunos la llaman los Santuarios de la Montaña o el gran Guardián. Quienes venimos de las ciudades flotantes conocemos un nombre más antiguo, un nombre que habla de la verdad universal. Es el nombre que escogimos para los nuestros. Nosotros lo llamamos... Bardo.