Esta es la historia de Chris Kooluris, un muchacho norteamericano de 37 años que decidió arriesgar su relación de pareja para hacer realidad su sueño vital desde que nació:
transformar su apartamento en el salón recreativo más flipante que podáis imaginar.
Para ello, tomó la difícil decisión de poner en venta todos sus muebles, incluida su vieja cama, hasta gastarse más de 26.000 dólares reconvirtiendo su humilde morada en este pedazo de sala arcade.
Pac-Man, Donkey Kong, Punch-Out, Street Fighter II, ¡hasta un cartel de Twin Galaxies! El tío lo tiene todo. Bueno, todo no, porque en el periplo de su epopeya, Chris se ha quedado compuesto y sin novia.