CONDENADOS POR TORTURAS SEIS MOSSOS QUE DIERON UNA PALIZA A UN CONDUCTOR Y A SU ACOMPAÑANTE
La Audiencia Barcelona ha condenado a penas que oscilan entre los dos años y medio y los cinco años y un mes de prisión para seis mossos d'Esquadra por los delitos de lesiones y torturas cometidos al agredir brutalmente al conductor de un vehículo y a su acompañante. Su intención era "castigarles" por haber huido previamente de un control policial. El tribunal les impone una pena menor a la prevista al aplicarles la atenuante de dilaciones indebidas durante la instrucción del proceso.
La sentencia acredita que los agentes golpearon y propinaron puñetazos y patadas en todo el cuerpo de la pareja, al tiempo que les "insultaban y trataban de intimidarles y humillarles" diciéndoles cosas como "os podríamos matar y aquí no se enteraría nadie”.
El fallo, dictado por la Sección Séptima de la Audiencia, también recoge que los policías arrancaron un altavoz pesado del maletero del coche siniestrado y lo dejaron caer al suelo junto a ellos para "ocasionarles miedo". A la vez, sigue el texto, cortaron uno de los cinturones de seguridad del vehículo y les golpearon utilizando la hebilla. Los mossos acusados negaron la agresión y las amenazas, aunque las víctimas explicaron con toda clase de detalles la paliza y los malos tratos recibidos. "Se trató pues de una agresión, intimidación y humillación totalmente gratuitas e injustificadas", incide la resolución judicial.
Los sucesos ocurrieron durante la madrugada del 23 de abril del 2016. Dos de los mossos acusados se encontraban realizando un control de seguridad ciudadana en la calle Montclar, en Cerdanyola del Vallès. Poco antes de la una, los agentes dieron el alto a un vehículo en el que iban dos personas. Tras requerir que estacionaran en la zona habilitada, el conductor hizo caso omiso y reanudó la marcha a una velocidad de 65 kilómetros por hora, iniciándose una persecución que terminó con el coche impactando en una estructura de hormigón.
Tras el accidente llegaron al lugar los dos policías que se encontraban en el control y, al cabo de unos minutos, los otros cuatro agentes ahora condenados. La sentencia argumenta que los seis condenados, "de común acuerdo y con ánimo de menoscabar la integridad física, psicológica y moral" del conductor del vehículo y de su acompañante, les empezaron a insultar y a propinar una paliza. Los jueces concretan que los dos jóvenes en ningún momento pretendieron huir del lugar ni se resistieron, que la agresión se inició cuando ambos estaban fuera del coche y los golpes continuaron una vez ya esposados y en el suelo.
Como consecuencia de estas acciones, los agredidos, uno camarero y otro empleado de una fábrica, sufrieron lesiones en todo el cuerpo: desde una fractura de costilla hasta grietas en piezas dentales y "múltiples hematomas", así como cuadros de ansiedad. Uno de ellos padeció un episodio que le desencadenó un brote psicótico con ideas delirantes, al creer que existía un complot entre médicos y policías que trataban de envenenarle. El tribunal fija el pago de indemnizaciones por 140.000 euros.
Para el tribunal, el relato de los dos denunciados, que al final fueron arrestados, es "detallado y no contradictorio", y a su entender ha sido "corroborado por múltiples indicios externos derivados de fuentes de prueba fiables y diferentes". Como criterios de fiabilidad, destaca que ambos admitieron hechos que les perjudicaban (se habían saltado el control, pudieron haber insultado a los agentes y habían bebido alcohol y fumado marihuana: de hecho, les encontraron un cogollo pequeño de marihuana en una sudadera) y "proporcionaron detalles muy cuantiosos sobre lo sucedido".
Además, la sentencia también mantiene que "las evidencias lesivas apreciables por cualquier persona en ambos denunciantes esa misma madrugada son incontestables". Un informe de los Mossos atribuyó las lesiones al accidente del coche, pero los jueces rechazan esa teoría.
Para los magistrados, los agentes eran "funcionarios públicos y actuaron abusando de su cargo y funciones, sobrepasando nítidamente la encomienda legítima que les competía, relativa a conseguir la detención del turismo y de sus ocupantes para imputarles un delito de desobediencia". Tras la detención del vehículo, agregan, "emplearon un exceso de violencia inexplicable para su reducción y prosiguieron luego con un castigo físico totalmente injustificado cuando los detenidos estaban ya reducidos y esposados". A mayor abundamiento, expresan que el "castigo" no fue solo físico, sino también psicológico, pues "les intimidaron" diciéndoles que podrían acabar con su vida allí mismo y nadie se percataría, o que iban a probar con ellos las nuevas pistolas eléctricas Táser".
Vergüencita tener gentuza así dentro de las FFCCSSEE. Por lo menos estos pagarán por ello y no se irán de rositas como de costumbre.