La subida desbocada de la deuda en España amenaza con recortes de empleo y sueldos
La deuda pública sigue desbocada sin que el Gobierno tenga previsto elaborar un plan de consolidación y a pesar de que los datos publicados por el Banco de España nos acercan peligrosamente a otros países con altos niveles de endeudamiento y en riesgo de quiebra. La deuda aumenta en España a mayor ritmo que los países de su entorno por el crecimiento del gasto, sobre todo en materia laboral, durante la pandemia. Una situación que amenaza el funcionamiento futuro de la economía española.
Los datos de Eurostat muestran que la deuda pública española ha aumentado desde el 95,5% del PIB a cierre de 2019 hasta el 122,8% a cierre del segundo trimestre (últimos datos disponibles del organismo estadístico europeo). Es decir, nuestra economía es la que más ha incrementado esta partida en la UE desde que estallara la pandemia, situándose en cuarto lugar tras superar a Francia y a Bélgica. Grecia, Italia y Portugal son los únicos países que tienen más deuda que España.
Ayer se conoció que la deuda del conjunto de las administraciones públicas en septiembre alcanzó un nuevo récord en términos absolutos tras alcanzar los 1.432.301 millones de euros, el 122,1% del PIB. La subida de septiembre se explica por el incremento en el endeudamiento de la Administración Central, mientras que comunidades autónomas, corporaciones locales y Seguridad Social redujeron su endeudamiento o se mantuvieron en niveles parecidos a los del mes anterior.
España fue ya en 2020, año marcado por un gasto disparado debido a la pandemia, el segundo país que más se endeudó del mundo, según datos del Instituto de Finanzas Internacional. Además, la deuda cerrará el año en el 121% del PIB, es decir, lejos del objetivo del Gobierno del 119,5%, según cálculos realizados por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). En esta línea, el economista Daniel Lacalle pronostica que el mayor problema se deriva de que nuestro país será también uno de los países que más se van a endeudar en 2021 y 2022 debido a que «el impulso fiscal concedido por la Unión Europea no se está utilizando para crecer y crear empleo, sino para aumentar el gasto corriente y el déficit estructural». Lacalle va más allá: «Estamos en una situación de quiebra técnica con un rescate encubierto por parte del Banco Central Europea (BCE) y de la Unión Europea (UE). En condiciones normales, España estaría en una auténtica crisis de deuda, pero la política del BCE disfraza el riesgo real».
Por su parte, el director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, Pedro Del Pozo, subraya que España está ya entre los países con mayores niveles de deuda y alerta del riesgo de sufrir « una italianización de la economía» en la que se conviva de forma estructural con niveles de deuda elevados a la vez que se reducen las posibilidades de crecimiento. «Esta situación conllevará un deterioro de los servicios públicos a largo plazo. Si hay que dedicar más dinero al coste de la deuda, caerán las prestaciones de los servicios a los ciudadanos y también disminuirá la inversión pública», destaca Del Pozo.
Lacalle también avisa de que el bolsillo de los españoles notará el endeudamiento porque vendrán futuros «recortes». «La deuda de hoy se traducirá en un menor crecimiento en el futuro, en una menor prosperidad y también en menos empleo y en salarios más bajos», avisa el economista.
(...)