Destapan un fraude millonario a la Seguridad Social en LA red de 600 Peluquerías Low Cost
Los trabajadores eran empleados como mano de obra ordinaria, pero figuraban como en formación.
Así trabajaban en Peluquerías Low Cost: jornadas de hasta 12 horas, por 480€ al mes.
La Policía ha puesto al descubierto un fraude de más de tres millones de euros con falsos contratos de formación de un entramado empresarial relacionado con la firma Peluquerías Low Cost, con más de 600 franquicias en toda España, y ha detenido en Sevilla a 37 personas.
En un comunicado, la Policía señala que los empresarios de este negocio de peluquerías de bajo coste han obteniendo presuntamente de forma fraudulenta bonificaciones y beneficios de la Seguridad Social con esos falsos contratos.
En el 2015, los cinco dirigentes de la organización crearon un entramado empresarial con sociedades franquiciadoras y empresas supuestamente dedicadas a formación.
La finalidad era lucrarse y beneficiarse de los incentivos y bonificaciones de la modalidad contractual de formación y aprendizaje, así como del pago de salarios inferiores a convenio, obteniendo mano de obra ordinaria a menor coste.
La cúpula de la organización era la encargada de la selección de los trabajadores, con experiencia y titulación, así como de realizar las gestiones de la Seguridad Social con las franquicias.
Imponían a los trabajadores el aceptar contratos en formación, sin cumplir ninguno de los requisitos de los mismos.
Falsos contratos de formación
Los trabajadores eran empleados como mano de obra ordinaria, pero en sus contratos figuraban como trabajadores en formación, lo que suponía un perjuicio grave para los trabajadores, tanto en sus cotizaciones de Seguridad Social como en sus condiciones diarias de trabajo y sueldo.
Debido a esta modalidad contractual, por medio de los falsos contratos de formación, los detenidos se habrían beneficiado de reducciones de cuotas a la Seguridad Social por un valor superior a los 3.000.000 de euros.
Los beneficios fraudulentos que obtenían con todo este entramado empresarial se dividían en dos bloques que funcionaron desde el año 2015 hasta finales de 2017.
Concretamente, la cúpula, integrada por los cinco jefes de la franquiciadora, se beneficiaba de los saldos de acreedores de Seguridad Social, que superan el millón de euros, y, por otro lado, los franquiciados, 32 personas que se beneficiaban del ahorro de las cuotas de Seguridad Social de sus empleados en formación.
De los 37 detenidos, cinco son los cabecillas de la organización y los 32 restantes son los franquiciados, ubicados en Sevilla y provincia.
jornadas de hasta 12 horas, con 10 minutos de descanso, por 480 € al mes
Maika es una de ellas. Acababa de terminar su ciclo formativo de peluquería, de dos años de duración, cuando supo de la existencia de esta cadena de peluquerías de bajo coste a través de un programa de televisión, El jefe infiltrado. Envió su currículum, le hicieron una prueba y entró a trabajar en un local franquiciado en Andalucía.
Lo que le ofrecieron fue un contrato de formación (30 horas de trabajo y 10 horas de formación) con un sueldo base de 566 euros al mes y comisiones a partir de una facturación de 1.200 euros. Ella aceptó, explica, porque en su casa no entraba un sueldo mayor. A los dos meses, para su sorpresa, la empresa les comunicó que no podían hacerles contratos de formación y que su contrato pasaba a ser "por obra y servicios", de "30 horas semanales2, "con un sueldo de 480 euros al mes" y comisiones a partir de una facturación mínima de "1.300 euros".
En un vídeo en Youtube, esta peluquera y asesora de imagen personal explica además las duras condiciones en las que tuvo que trabajar y que aceptó por ser novata y porque su profesión era su pasión. En la franquicia de los tintes a 5 euros, su jefa les dijo un mes en concreto que tenían que apretar más porque no llegaban a objetivos y pasaron a trabajar hasta doce horas diarias, de 10 a 22 horas de lunes a viernes y el sábado de 10 a tres de la tarde."Cincuenta y pico de horas a la semana".
Tal era la carga de trabajo que Maika sufrió un desmayo, porque eran las cinco de la tarde y no le habían dejado parar ni diez minutos para comer.
"Empiezas con ilusión", reconoce Maika, "pero era todo horrible. No quería nunca que llegara el lunes". Aun así, siguió yendo a trabajar porque le hacía falta el dinero a su familia. "Lo debí haber denunciado, pero tuve miedo de quedarme con una mano delante y otra detrás", "yo llevaba el dinero más grande a casa, como para permitirme denunciar y quedarme sin trabajo".
El año siguiente la franquicia de Peluquerías Low Cost en la que trabajaba Maika cambió de propietario, pero ella fue recontratada. Ahora se exigía a empleados doblar turnos (diez horas al día) por los que les pagaban 650 euros al mes, más el reparto de la hucha de las comisiones. Ella solo permaneción en el trabajo 15 días, por los que le abonaron en total un finiquito de 246 euros, explica. Le despidieron "por ser demasiado profesional para una peluquería de bajo coste", explica ella en su vídeo en el que confiesa que lo denuncia publicamente en Internet porque "necesitaba soltarlo", pero que no lo hizo ante inspección de trabajo por no saber "dónde hay que ir".
El día que se pongan a mirar de verdad estas cosas, la mierda que va a sale va a ser en dos palabras, legen... Espera.... Daria.