Finalmente, el 26 de mayo, * un grupo de niños que jugaba cerca del pantano de Forata localizaron junto al río Magro, en una acequia cercana a Turís (pueblo situado a unos ocho kilómetros al este de Macastre) el resto del supuesto cadáver de Pilar -mutilado con una sierra mecánica- al que faltaban el pie izquierdo y la mano derecha, con amputación peri-mortem. Es decir, las amputaciones se habían producido durante la muerte de la joven. (Y quizás había muerto a causa de ellas). Además tenía la cara desfigurada, con el maxilar superior destrozado. Y no había sido como consecuencia de la putrefacción, sino intencionadamente.
- Unas fuentes citan el 24 de mayo y otras el 26, pareciendo ser ésta última fecha la correcta.
El pie izquierdo que faltaba era el que había aparecido en Valencia, pero no así la mano, corroborándose lo que habían manifestado en su momento fuentes policiales: que ambas amputaciones no estaban relacionadas.
Otras medios indicaron que el hallazgo del cuerpo se había realizado en el interior de una tubería de agua. En todo caso, habían transcurrido cuarenta y seis días desde la aparición del cadáver de Valeriano y ciento veinticinco días desde la aparición del cuerpo sin vida de Rosario.
Los restos aparecieron a unos nueve kilómetros de la caseta, en avanzado estado de descomposición. Esto descartaba la teoría de la muerte accidental. Ahora se estaba buscando a un descuartizador. Pilar, en caso de estar drogada, no podía haber llegado hasta allí por sus propios medios. Ya se había encontrado a los tres jóvenes, pero el misterio estaba lejos de resolverse. Por el contrario, la aparición del supuesto cuerpo de Pilar, con signos de violencia, y esqueletizado, daba un nuevo enfoque al caso.
La teoría de la reunión en la caseta para consumir drogas –¿el beleño, quizás?- quedaba desmontada. Había que formular nuevas hipótesis.
Curiosamente, la prensa informó que se había descartado que el cuerpo fuera de Pilar, por lo que se proseguía con la búsqueda, ya que los restos encontrados podrían corresponder a una mujer que trabajaría en un club de carretera.
Y se introdujo una hipótesis bastante inconsistente: el asesino habría tratado de deshacerse del cadáver troceándolo, pero, quizás por tener problemas con este plan, se deshizo del pie abandonándolo en la papelera de Valencia, mientras que ocultó el resto del cuerpo en el interior de la tubería, de 150 metros de longitud.
Sin embargo, parece que luego se cambió de opinión, y se consideró que los restos pertenecían a Pilar. Habría recibido una brutal paliza y su cuerpo habría sido mutilado con una sierra mecánica.
F R, hermana de Pilar, manifiestó que el cadáver estaba irreconocible. Además, su hermana tenía una cicatriz en la pierna que no se localizó en el cadáver, por lo que el cuerpo encontrado no sería el de su hermana, sino el de una desconocida. La prensa publicó que la guardia civil no tenía dudas de que el cuerpo era el de Pilar. Pero al parecer lo que se estableció es que se trataba de una mujer de raza blanca, de edad comprendida entre 15 y 17 años y con una altura en el intervalo 1,45 a 1,48 metros, características que eran compatibles con que el cadáver fuera el de Pilar.