Se buscan empleados para la restauración
“Falta gente con ganas de trabajar”, “el equipo no nos dura ni un asalto”, “es un drama”. Son algunas de las frases más pronunciadas por los restauradores desde el pasado verano, cuando parecía que por fin volvería la "normalidad" y con ella la plena plantilla y los nuevos contratos. Pero no fue así.
Tras meses de crisis, lo que los restauradores se encontraron (y aún se encuentran todavía más agravado) fue un éxodo de empleados de su sector hacia otros. La razón la explica Omar Rodríguez, Responsable de Hostelería y Turismo de UGT: "La restauración ha visto muy dañada su imagen no solo por la pandemia, sino también por la doble carga emocional a la que se debe enfrentar el trabajador. Por un lado, este sector ha sido señalado como foco de contagio de la covid-19 y el empleo se ha visto tambaleado; y, por otro, el trabajador ha tenido que atender a personas que no seguían las medidas higiénicas, lo que se ha traducido en una falta de seguridad en el puesto laboral".
Si sumamos todo lo anterior a la precariedad a la que desde siempre ha estado ligada la restauración (recordemos que en Comunidades como Andalucía o Murcia los acuerdos para incrementar el salario mínimo no se han renovado desde 2011), no es de extrañar que para muchos haya dejado de ser un sector atractivo. Sobre todo porque, además, desde hace años también enfrenta una crisis relacionada con la formación.
"No se ponen en valor los conocimientos, ni los títulos, ni la experiencia. Cobra igual alguien que entra en un restaurante nuevo sin estudios que alguien que lo hace con una gran formación a sus espaldas", explica Ignacio Guido, presidente de la Asociación de Maîtres y Camareros de España (AMICE). Esa, según él, es otra de las razones por la que los profesionales han decidido irse a otros sectores. "¿Para qué seguir estudiando si ni te lo pagan ni te lo valoran?", añade.
Desde AMICE, de hecho, aseguran que el número de personas interesadas en los cursos de formación que ofrecen ha descendido notablemente. "Se apuntan más los jubilados que los jóvenes", asegura su presidente, señalando que el profesional ya no quiere formarse o evolucionar, porque sabe que quien asciende en su sector no lo hace por méritos propios, sino por ser quien más tiempo lleva trabajando en la empresa. "Un maître, por ejemplo, puede acabar consiguiendo el puesto de director. Puede ser válido, aunque no haya sido formado para ese cargo, pero no siempre es así. Por eso la gente que viene detrás no quiere gastarse el dinero estudiando, ya que saben que cualquiera puede alcanzar el puesto sin formación".
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"Falta el espíritu de sacrificio que tenían nuestros padres"
Martina Puigvert
Responsable de cocina en Les Cols