#290 ¿Sabes el cúmulo de barbaridades que estás diciendo? Los negros que actualmente viven en Sudáfrica, como los xhosa, los zulúes, los sotho, los ndebele, los venda, los pondo, los tsonga o los tswana, ya habían finalizado prácticamente su proceso de expansión en Sudáfrica cuando los holandeses arribaron en 1650. Los bóers los sometieron y les arrebataron sus tierras cuando emigraron al este en el Gran Trek, suceso histórico que todavía acicatea el odio de zulúes contra bóers, y posteriormente (1901) los ingleses hicieron lo mismo tanto con negros como con bóers.
Te quejas de las costumbres africanas y al mismo tiempo afirmas que las tasas reproductivas muy superiores de los negros constituyen un serio peligro para la supervivencia de la raza blanca, ignorando que si los africanos subsaharianos poseen una capacidad reproductiva superior que los blancos es debido en parte a esas costumbres. Naturalmente, las condiciones naturales juegan un papel de primer orden en la capacidad reproductiva de un pueblo, pero las prácticas sociales también juegan un rol nada desdeñable. Por ejemplo, recientemente se han publicado varios estudios donde se teoriza que una de las causas de la evolución de la homosexualidad masculina podría haber sido la hiperginia (desconozco si ésta es la traducción correcta del término inglés) o fenómeno por el cual la reproducción de las mujeres sobrepasa a la de los hombres en un determinado estrato social, generalmente el más bajo, pues para las clases bajas con un escaso patrimonio casar a una hija con el heredero masculino de un estamento superior era más beneficioso para ascender socialmente que favorecer la reproducción de un hijo varón otorgándole el escaso patrimonio de que disponían, cosa que no iba a suponer un ascenso social para el linaje familiar. Pues bien, los autores de estos estudios aducían que en sociedades polígamas en el efecto mencionado debía estar atenuado o no existir y, en efecto, cuando examinaron el conjunto de sociedades del Ethnographic Atlas (el Atlas antropológico más extenso y completo sobre sociedades humanas y el más usado en estos casos) obtuvieron evidencia confirmatoria de su teoría: la homosexualidad masculina tenía una incidencia menor en sociedades tradicionalmente polígamas. Favorecer a la descendencia femenina sobre la masculina puede ser beneficioso para el linaje familiar coyunturalmente, si las condiciones sociales propician un ascenso social de esta manera, pero a largo plazo y desde el punto de vista estrictamente biológico es desastroso para la supervivencia del linaje familiar porque el potencial reproductivo de un varón es infinitamente superior al de una hembra: una mujer sólo puede quedarse embarazada de un hombre una vez cada nueve meses, mientras que un hombre puede embarazar a gran número de mujeres en nueve meses. Por eso las familias ricas con cuyos hijos varones las familias pobres querían casar a sus hijas hacían herederos a sus varones, porque los varones eran más aptos para esparcir los genes familiares. Y en el origen de la homosexualidad masculina es muy probable que haya jugado un papel importante el fenómeno de la inclusive fitness, es decir la táctica que siguen algunos individuos con dificultades para reproducirse consistente en favorecer la reproducción de personas que portan sus genes a costa de la suya propia, de forma que sus genes si se perpetúan aunque sea a través de otros individuos.
Y si examinas cualquier fuente antropológica cross cultural constatarás que las sociedades con todo el set de costumbres o prácticas sociales que favorecerían la fertilidad de los varones actuales están localizadas justamente en el África Subsahariana. Hace poco leí una serie de estudios donde se examinaban todas estas cuestiones usando registros familiares históricos de la región de Frisia Oriental y me quedé boquiabierto: las clases bajas favorecían la reproducción de sus hijas y la emigración o el celibato de sus hijos, mientras que las clases altas, la clase que poseía tierras, solía favorecer la muerte de los primeros descendientes varones y nombrar heredero al último hijo varón con objeto de posponer el retiro del padre y la transmisión de su finca (en las regiones alemanas de heredero único no era como en Cataluña o Japón, donde la transmisión de la tierra nunca se formalizaba legalmente hasta la muerte del anterior propietario y el heredero casado -generalmente el primer hijo varón- sólo asumía poco a poco de forma fáctica las funciones de control de la propiedad; entre la población germanoparlante los padres transmitían a su hijo el control de la propiedad cuando éste se casaba y firmaban un contrato de retiro o Altenteil que obligaba al heredero único a asumir una serie de obligaciones respecto al cuidado de sus padres. Esto hacía que el heredero único fuese normalmente el hijo más joven para así posponer el momento en que los padres debían ceder su autoridad sobre sus posesiones, en lugar de ser el hijo mayor como era lo más común en Cataluña o Japón). Y lógicamente, los hijos mayores no podían casarse y formar familia, o sólo podían hacerlo muy modestamente, si eran privados de los recursos familiares. Recuerdo que en aquel momento pensé: "Dios mío, los frisios o frisones actuales deben de ser poco más que hombrecillos estériles". Desconozco la tasa de natalidad actual de Frisia Oriental (aunque sé que la del conjunto de Alemania es la más baja de Europa), pero desde luego la capacidad reproductiva de un frisio o frisón debe de estar bastante mermada en comparación con la de un xhosa. ¿Y qué hacemos ante eso? ¿Qué culpa tienen los negros de ser más fértiles que los blancos, tanto por causas de su entorno natural como por causas de sus prácticas sociales? ¿Deben ahora pagar los negros por lo que los blancos se han hecho a sí mismos, por lo que han hecho en sus propias sociedades? No lo considero justo. En Suiza ahora han cerrado las fronteras a los inmigrantes. Y no lo han hecho por la población de las ciudades, sino por la población germanoparlante de las zonas rurales, donde la extrema derecha ha prendido con una fuerza insuitada. Los campesinos suizoalemanes, entre los cuales también era costumbre buscar un marido de clase alta para la hija en el caso de la clase baja, nombrar heredero al hijo menor varón en el caso de la clase terrateniente, y todas estas prácticas maravillosas, han visto cómo llegaban a sus pintorescas aldeas alpinas individuos de piel oscura y en pocas generaciones ya iban camino de superar a la población local, de forma que han forzado al gobierno a restringir la entrada de inmigrantes. Sinceramente, me parece una medida de flagrante injusticia e insolidaridad palmaria privar la entrada a tu país de personas que sólo buscan un futuro mejor para sí mismos y para sus hijos sólo porque "se reproducen más".
En 4chan vi hace poco un hilo semejante a éste, donde se mostraban proyecciones demográficas que auguraban que el porcentaje global de personas de raza negra sería abrumadoramente superior al de personas de raza blanca hacia 2050. No debemos perder de vista que el actual crecimiento demográfico obedece en gran parte a causas socioeconómicas y que las tasas de natalidad de esos países irán descendiendo a medida que se desarrollen económicamente, como ya ocurrió en Occidente, pero aun así, en Sudáfrica la población blanca descendió desde el veinticinco por ciento del total antes de la instauración del apartheid hasta el trece con seis por ciento en 1994 (año de su finalización), de forma que no me sorprendieron esas cifras, las considero factibles. Me pareció desesperanzador ver cómo algunos daban rienda suelta a su racismo en ese hilo. Yo si algún día tengo un hijo (y me gustaría tener un hijo varón) no lo haré por algún propósito absurdo de salvar mi raza superando demográficamente a otras etnias, lo haré porque deseo dejar un legado biológico en la Tierra y perpetuar mi linaje familiar. No considero el reproducirme una prioridad en mi vida, en un planeta de siete mil millones de habitantes tener hijos no debería ser una prioridad para nadie. La natalidad excesiva está llevando al planeta a un fatal problema de superpoblación; si seguimos creciendo al ritmo actual, las consecuencias pueden ser deletéreas. Los seres humanos compartimos un amplio porcentaje de nuestros genes con moscas o gusanos, ¿qué porcentaje no compartiremos con individuos de otras razas? Es mínimo el porcentaje de genes que nos separan. Debemos dejar de fijarnos en el color de piel, lo que realmente nos distingue son las disparidades sociales y el desigual acceso a los recursos; las diferencias de riqueza, en una palabra. Si personas de raza negra se reproducen más que nosotros, debemos alegrarnos igual que nos alegraríamos de un amigo, familiar o vecino que ha tenido familia numerosa en lugar de sentir envidia o preocupación, porque lo que nos separa de otras razas a efectos biológicos es mínimo.