#21
Has puesto un ejemplo concreto de una persona cuyo trabajo consiste en ser comercial, pero igualmente vale:
Si una persona acude a un establecimiento para informarse de un producto, efectivamente el vendedor ha de convencerlo para que haga un desembolso (en la mayoría de los casos, cuanto mayor sea, pues mejor para la economía del vendedor). El trabajo consiste en saber vender el producto al cliente, y en caso de ver que no está muy convencido, darle argumentos para que finalmente lo adquiera. En cualquier caso, la compra por parte del cliente es opcional y no está cuestionada por ninguna ley.
En el caso de un profesor, tiene que enseñar su materia y apoyar la educación (y resalto apoyar la educación, por que es IMPOSIBLE educar a un niño en el colegio mientras en su casa lo convierten en un peligro potencial). El niño tiene la obligación de recibir esa educación, al menos hasta cumplida una edad, y aquí es donde viene el problema: si el no quiere aprobar, por mucho que lo intentes no vas a conseguir nada (a no ser que le pases la mano).
Hay una diferencia muy grande entre un chaval que no aprueba por que intelectualmente no está preparado para superar esa materia, con lo cual veo de puta madre que el profesor lo apoye al 200% para que saque adelante sus estudios, y los grupos de neoengendros que está dando a luz la mierda de sociedad que parece que tenemos. Esos engendros que ni quieren estudiar, ni dejan estudiar a los que quieren.
Yo siempre digo que hay 2 tipos de profesores:
1) Los malos, que visto lo que hay, simplemente no se preocupan de sus alumnos. Dan sus clases y fuera.
2) Los buenos, que ponen todo su empeño en intentar cambiar la educación de los jovenes españoles: hasta que topan con los individuos mencionados arriba, que es cuando llega la impotencia, el stress, el MIEDO a padres que amenazan por anormalidades, las depresiones, etc. Y entonces se convierten a profesores de tipo 1.
Conclusión: si los profesores cobraran según el número de aprobados pasaría una de dos:
1) Aprobaba hasta el tato.
2) Todo el profesorado muerto de hambre.