Es una vergüenza que personas adultas y que se hayan tenido que preparar unas oposiciones durísimas tengan que ser instruidas porque una banda de racistas nacionalistas insulten a todo el Estado.
La realidad supera a la ficción y hoy tenemos el nuevo capítulo de esta pesadez infinita que lleva coleando desde hace 2 siglos y que no tiene indicios de acabar.
El Ministro de Exteriores, Borrell, ha enviado cartas a los diplomáticos para que defiendan a nuestro país de las injurias constantes que desde hace décadas llevan profiriendo a todo el país los nacionalistas catalanes.
http://www.elmundo.es/espana/2018/07/04/5b3c8fa0e2704e7c9a8b4583.html
Es la nueva estrategia, por fin, de plantar cara y hacerles frente con sus mismas armas. Y eso lo deberían de hacer todos los ciudadanos, no solo los diplomáticos.