Mi recuerdo mas memorable en un examen fue el último que hice en el instituto y lo recuerdo como si fuese ayer:
Era la clase del profesor Feeny y una matrícula supondría que podría irme de aquel nido infecto que llamábamos Illinois. Después de años de sufrimiento aquel chico paliducho cuya vida social en su adolescencia había sido reducida a visitas puntuales a casa de los Winslow, tenía la oportunidad de ir a una de las grandes y todos lo sabían. Sí, incluso a Stanford.
Atrás quedaba una vida que no se podía llamar como tal e innumerables humillaciones por parte de Derek, el quaterback titular y otrora capitán del equipo de fútbol. Con suerte años después ese malnacido podría trabajar en el viejo taller de su padre, era el precio por catar mas himenes en sus años de instituto que todo el equipo de álgebra juntos, del que yo formaba parte.
Asi que me dispuse a hacer el examen con tan mala fortuna que olvidé mi ventolín en casa, en medio del examen me dió un ataque de asma y tuve que dejarlo a medias. Resultado: un notable que era insuficiente como para salir con garantías del condado. Pero vaya que si salí. Al día siguiente de conocer los resultados fui a clase, y cuando sonó el timbre que indicaba el comienzo del dia lectivo aproveché la bullicia para sacar la vieja escopeta de mi padre. Adiós a Derek, a Brian, a Steve y a un par de cretinos insustanciales más de los que ni recuerdo la cara y el nombre, y un recuerdo en forma de metralla en la rodilla para el viejo Feeny. Y así hice justicia y salí de Illinois.
Espero que tu tambien tengas suerte.