"Me dormí con 22 años y me desperté con 58"
Quedó en coma en 1979, cuando trabajaba en un mercante alemán y se precipitó desde una altura de seis metros. Despertó en 2014, cuando sólo su mujer mantenía la esperanza: "Le decían que cualquier día cuando se despertase me encontraría frío"
Manel comenzó a trabajar de marinero con solo 14 años. Primero en el sur de África, después en la Marina Mercante Española y con 17 años se trasladó a Alemania en busca de mejores condiciones económicas. Enrolado en un mercante alemán que partió de Bremen, a la altura de Basora (Irak), Manel se precipitó desde una altura de seis metros, golpeándose la cabeza y entrando en coma. Era el 28 de febrero de 1979, el día que cumplía 23 años.
Durante los primeros meses permaneció en un hospital de Irak, luego pasó unos años en un hospital de Coruña y por último le llevaron a su casa, donde le cuidó su novia de entonces y su actual esposa, Conchi, durante la mayoría de los años que estuvo "dormido".
Explica que, según los médicos, "el coágulo que tenía en la cabeza, que todavía lo tengo, no se podía sacar, que estaba en un sitio muy malo". "A mi mujer le decían que cualquier día cuando se despertase me encontraría frío. Nada más. Mi camino era el cementerio. Le decían a mi esposa que asumiera que estaba muerto en vida", ha asegurado en una entrevista en La hora de la 1.
Manel no volvería a abrir los ojos hasta el 15 de octubre de 2014, 35 años después. "Mi primera impresión es que el accidente lo tuviera el día anterior, que estaba en un hospital, pero en Basora. En ningún momento fui consciente de que estaba en España, yo pensaba que era el día siguiente del accidente", explica que fueron sus primeras impresiones al despertar.
A su lado, como durante tantos años, estaba Conchi. "Para mi era mi novia, yo no soy consciente de que ya era mi esposa. Tan pronto le vi la cara, la reconocí. Lo que no me encajaba para nada era el cabello, porque tenía muchas canas", recuerda Manel. Sin embargo, no podía expresarse con palabras, no podía preguntarle nada a su esposa. Tras tanto tiempo en su estado, debía pasar por una rehabilitación para poder volver a hablar.
Ver su reflejo también fue uno de los mayores retos, y uno de los mayores golpes de realidad que sufrió. "Yo no sé lo que es un 'Todo a 100', pero mi mujer me dijo que había comprado un espejo con mango en un 'Todo a 100', porque ella estaba convencida en todo momento de que yo iba a despertar. Cuando me puso el espejo delante yo le decía: 'No, este no soy yo, este es un viejo, yo tengo 22 años'".
El salto al futuro que ha vivido Manel -como él mismo explica, "me dormí con 22 años y me desperté con 58"- no ha sido fácil. La sociedad, la tecnología, la medicina, la comunicación, las personas que conocía... todo a su alrededor había cambiado. Pocos días después de despertar vivió el nacimiento de su nieta, cuando ni había mentalizado que sus hijas ya eran mayores.
"No lamento nada en absoluto, porque como no recuerdo nada... Lo único que lamento es la muerte de mi padre, cuando desperté ya había muerto, eso fue muy impactante para mi, me dio mucha tristeza", destaca Manel, que tras un arduo proceso de rehabilitación, a día de hoy disfruta de su familia y de la literatura y ha explicado su caso en La hora de la 1, Telemadrid y COPE. "Yo nunca he visto una cosa parecida", asegura sobre la posibilidad de conectarse por videollamada desde el ordenador de su casa, "es ficción".
Una historia curiosa sin duda, me ha parecido un bonito relato dentro del drama que habrá tenido que vivir esta familia.
https://www.elmundo.es/espana/2021/11/09/618a7cb0e4d4d8ef2d8b45bb.html
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