Andaba yo comiendo nueces de california un lunes cualquiera por la tarde, cuando sin previo aviso mi mano se topa con algo distinto en el interior de la bolsa. Más pensado y grande. Desorbitados mis ojos tras posarse en tamaña aberración de la naturaleza, procedo a buscar si se trata de una clase de nuez distinta o si se confirman mis temores y es una horrorosa mutación. Se confirman.
Tras la infructuosa búsqueda de catalogación del sujeto de escrutinio, solo me queda concluir que, en efecto, estoy ante una de esas raras oportunidades que la vida te brinda sin previo aviso, recordándote el papel tan irrelevante que ocupas en la gran ópera del universo, donde la naturaleza me muestra su imponente poder creador.
Y como no podía ser de otra manera, he sentido la imperiosa necesidad de ponerlo en conocimiento de mis hermanos, cofrades de la procrastinación, que tienen en Mediavida su santuario principal para la pérdida de tiempo.
"[...]y yo os digo, ¡mirad!" (Hipnos 14:88)
PD: Evidentemente es la de la izquierda. La nuez de la derecha es para comparar el tamaño. Y tal.