Las débiles formas flotan a la deriva,, Cuyas risas apenas oídas hacen, Nuestra oscuridad brillante como el día;, En vano nos esforzamos, llorando,, Sobre el rastro luminoso de sus espíritus,, (Donde escaparon mientras dormíamos), ¡Llamando a los que hemos querido!, , Como las estrellas, algún poder los divide, De un mundo de ambición y dolor;, Están allí, pero los oculta el diario resplandor,, Y en vano los buscamos., Por un rato con la tristeza moramos, Sobre la belleza de aquel sueño,, , Entonces giramos, y saludamos con alegría, El brillo de la luz matutina., , Cuando el poder de la memoria retuerce, Nuestro corazón solitario en lágrimas,, Formas débiles alrededor nos traen, Aquellos diáfanos días antiguos:, Miradas cariñosas y susurros,, De los que el soñador podría alardear,, Creciendo; hasta que el hechizo sea roto,, ¡Olvidarnos que se han ido!. . .