Habia terminado de hacer mis rutinarias compras a Alcampo y antes de irme fui a hacer cola para comprar tabaco. En lo que esperaba mi turno se me acerco un muchacho de unos 16 años, me quite el auricular, interrumpiendo el momento de extasis de "Rock you like a hurracaine". El muchacho, timido como el que mas, empezo a balbucear algo. Tuve que pedir que me lo repitiera 2 veces mas hasta que logre descifrar su mensaje.
Queria que le comprara tabaco. En primera instancia pense en mandarle a freir esparragos, pero, muy a regañadientes, decidi acceder al principio basico del capitalismo, el conseguiria sus cigarros y yo me quedaria con las vueltas.
Llegue a la caja y le pedi el paquete de tabaco de la marca mas barata que tuvieran, para que de este modo el botin fuera mayor e intentar que no le fuera agradable la experiencia.
Pero al entregarle su mercancia, al muchacho no se le ocurrio otra cosa que decirme:
-Gracias, señor.
Ese "señor" retumbo en mi craneo como una resaca de ginebra. Lo que en un principio era un acto cortes, en mi ejercio un enorme peso que me hizo envejecer 15 años de golpe.
Maldito chico, me dieron ganas de curtirle el lomo a base de bien por tamaña ofensa.
Ahora no se que hacer para recuperar el tiempo perdido, me he comprado el barco pirata de playmobil, cosa que siempre quise tener. Pero no logro montar el condenado juguete y en la plaza de la iglesia los chicos no me dejan jugar con ellos a la pelota.
¿Que podria hacer para volver a sentirme joven a mis 24 años?