París acoje una nueva exposición de nada
En nueve habitaciones vacías, 'el espectáculo más radical jamás visto' celebra los 50 años del arte del vacío.
La naturaleza odia el vacío, pero el arte no siente lo mismo. Desde la música silenciosa hasta las exposiciones invisibles, en estos últimos 50 años hemos observado el surgimiento del movimiento que donde la ausencia es presencia, menos es más y el vacío está lleno hasta arriba de significado.
Ahora, por primera vez desde que John Cage compuso su silencioso tema de 4 minutos y 33 segundos y Yves Klein invitara a miles de personas a ver una vacía y blanca habitación, el Centro Pompidou de París dedica una exposición al arte de la nada.
Aclamada por los críticos, definida como la obra más radical mostrada en el interior de un museo, "Vacíos" es una retrospectiva que celebra el arte que, según el artista Robert Barry dijo, quiere "darnos la libertad de pensar por un momento qué vamos a hacer".
Es una recreación de obras de los últimos 50 años, una retrospectiva que se extiende a lo largo de 9 salas, todas sin el más mínimo contenido. Las paredes recien pintadas son de un blanco uniforme, el suelo de parquet uniforme y pálido. Las únicas cosas que destacan (un termostato aquí, una señal de salida de emergencia allá, un pañuelo sucio que alguien tiró junto a una puerta) toman un nuevo y extraño significado sin precedentes.
Para Laurent Le Bon, director del Pompidou Metz, el proyecto está "en la línea de batalla de la aventura artística, y en la aventura de la historia del arte". Su compañero conservador del museo, Mathieu Copeland, dijo a Le Monde que la exposición tenía intención de ser "una experiencia real", y que sus asistentes podrían ser desafiados a pensar seriamente sobre su entorno. "No era solo cuestión de hacer una exposición sobre arte radicalmente conceptual, sino invitar a la gente a explorar de una manera muy física los espacios que los rodean, cada uno con su propia textura", añadió.
Arriba del todo está Klein, el entusiasta del vacío original, cuyo espectáculo de 1958 en la galería Iris Clert de París comenzó la bola de nieve con un "anti-blockbuster", con la característica principal de carecer de carácter físico. Ése fue el reclamo para presentar The Void, El Vacío (o su título completo "The Specialisation of Sensibility in the Raw Material State into Stabilised Pictorial Sensibility, The Void"), donde 3000 personas hicieron cola para cruzar una cortina azul que los llevaba a una habitación vacía.
El Pompidou acompaña obras propias con otras de otros artistas como Maria Eichhorn, Bethan Huws y Robert Irwin. El colectivo británico Art & Language también toma parte, reproduciendo su obra Air-Conditioning Show, mientras que la actuación en solitario de Laurie Parsons de 1990 se recrea con el mismo desdén hacia los garabatos que el original (las invitaciones originales de Nueva York no contenían nombres ni fechas, sólo la dirección de la Lorence-Monk Gallery).
Denis Comy, un artista de Gales, estaba esta mañana exporando los espacios vacíos, y aseguró que se quedó anonadado ante la "pureza" del concepto. "Estás en una de las principales galerías de arte y experas ver algo", dijo. "Pero sólo hay blancura. Cosas como las señales de salida de emergencia ahora parecen superfluas, intrusivas".
Quizá predeciblemente, sus impresiones no son compartidas por todo el mundo. Un grupo de estudiantes americanos en París por la spring break (N. del T. semana blanca por aquí, más o menos) no fueron tan impresionados. "Esto es una puta mierda", dijo uno. "Da la impresión de que no ponen nada porque no les sale del nabo".
http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2009/mar/02/pompidou-centre-vides-exhibition
Me he tomado alguna libertad a la hora de traducir las expresiones de los estudiantes americanos.