El gobierno no toca la partida de financiación a la Iglesia Católica acordada a través de la casilla del IRPF. En los presupuestos de 2013 figura que el Estado entregará a cuenta cada mes a la Iglesia 13.266.216,12 euros. Es exactamente la misma cantidad que en 2012. Este dinero se destina a las retribuciones de los obispos, de sacerdotes y a pagar el funcionamiento de la Conferencia Episcopal. Pero la asignación prevista en los presupuestos para todo el año, cuando se liquide la declaración de la renta, será mayor. Asciende a 249 millones, tres más que en 2012. Los colectivos laicos protestan por la inmunidad de la Iglesia a los recortes. "La única entidad que no sufre ningún recortes es la corporación católica. El Estado podría haber hecho también aquí un ajuste en la misma medida que ha recortado en servicios básicos como Educación, Sanidad y Servicios Sociales" denuncia Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.
En realidad, los presupuestos no recogen la partida global que el gobierno paga a la Iglesia por los colegios católicos, por los profesores de religión, por la rehabilitación de catedrales, por los capellanes o por los servicios sociales. Europa Laica calcula que la Iglesia Católica recibe cada año de todas las administraciones públicas (central, autonómica y local) hasta once mil millones de euros, incluyendo el impago del IBI y de otros impuestos municipales.
La iglesia es un negocio redondo.
La iglesia vive en un paraíso fiscal.