#120 Pero una cosa es un animal, que es un ser vivo y otra un objeto. Si normalizas estas cosas pues imagina hasta que punto puede llegar la cabeza de alguien que tiene un trauma o tiene algún trastorno mental.
Te imaginas que alguien va a urgencias con un muñeco de estos porque se le ha roto un brazo y lo atienden antes que a ti ... yo me quedaría así
#121 ¿Por qué llevais al extremo el tema de "normalizar"?
La idea de usar muñecos en terapia es viejísima y lo suyo es ignorar la presencia del objeto, para no contaminar la percepción y el proceso de aceptación del enfermo. Otra cosa es que éste inicie la conversación y busque que hables sobre el tema.
Si se da la situación que propones, el pediatra procederá a contactar con el médico especialista encargado de la persona o con un servicio de seguridad o emergencias, como con cualquier otro caso de carácter mental. No va a perder el tiempo con el muñeco si tiene otros pacientes.
#121 la gente que los usa son conscientes de que son muñecos, solo que todas las carencias y traumas emocionales los vuelcan en un objeto con fines de superarlos o calmarlos. No es tan raro. Hay muchas personas que tienen a su nintendo como oro en paño y se la llevan a todos lados.
El apego emocional a un objeto está más normalizado de lo que parece, lo que pasa que el tema de la maternidad/paternidad es muy delicado y no estamos tan acostumbrados a ver a adultos con bebés de plástico.
#117 Eso no es demostración de rigor ni validez de ningún tipo, ya que con enfermos de alzhéimer avanzado puedes hacer "terapia" hasta con plátanos con una cara feliz pintada con rotulador (lo siento).
#124 Dependerá del grado del mismo. Con algunos solo funciona si lo que tienen en los brazos se parece y pesa como un bebé real.
La idea de usar muñecos en terapia es viejísima y lo suyo es ignorar la presencia del objeto
Pero esto lo saben 4 gatos. Y evidentemente mi comentario anterior era poco menos que realista y una exageración.
#123 No hace falta irse tan lejos. Los móviles, ese objeto que nos tiene encadenados y del que nos despegamos.
