La gente lo toma como una tontería, como un juguete pero es algo supremamente nocivo y peligroso, yo tengo larga experiencia en esos temas y con la ouija "jugué" como tres años, suponía que nada inofensivo pero a mí me sucedieron tres cosas diferentes, todas malas.
Un espíritu de esos quería que le hiciera un favor y me comunicara con la mamá y le dijera que él estaba bien, al comienzo yo creía que para qué me iba a poner en esas cosas si eso era puro cuento, pues que siempre que invocábamos, el mismo espíritu una y otra vez se nos metía en la tabla y era difícil para echarlo fuera, era muy rebelde hasta que un día ya cansados de su insistencia le pedimos pues el teléfono y los datos de la mamá. Efectivamente llamé personalmente al teléfono proporcionado por el espíritu y efectivamente contestó una señora, pregunté por el nombre que me dió el espíritu y era la mamá, pues no sabía cómo preguntarle nada y menos decirle vea saludes de su hijo muerto, pues que le dije a la última que había un espíritu que se nos metía en la ouija y se llamaba así y así y así y me dió el teléfono y que le dijera que estaba bien, la señora lloró mucho y estuvo muy nerviosa y preguntaba insistente si nosotros sabíamos quién lo había matado, ni idea, pero confirmamos que el tipo lo habían matado en una discoteca y que sí era la mamá, la mamá terminó por agradecer y quedó más tranquila de saber que el hijo se había comunicado. La cosa quedó de ese tamaño, hasta que a mí me comenzaron a desaparecer mis cosas, pequeñeces, que el lapicero, que el lápiz, ya luego eran mis cuadernos del colegio, mis libros, ya luego fueron cosas más grandes, prendas de vestir y lo peor, mi ropa interior, siempre yo buscaba y me ponía furiosa creyendo que mi hermana o mi mamá se ponían a esconder mis cosas, luego ya fueron cosas más físicas, cuando yo me duchaba sentía una mano que tocaba mis nalgas, pero solo cuando yo me duchaba, lógico que no era yo restregando mi trasero, ya luego fueron cosas muy dramáticas, mientras hablaba yo con amigos, sentía que algo se sentaba en mis piernas, era traumático y me levantaba a los gritos, tanto que todo mundo creía que me estaba enloqueciendo y efectivamente era el espíritu del muerto que me quería llevar con él seguramente. Ya luego sentía cómo una presencia se acostaba en mi cama, perfectamente sentía ese humor frío que se posaba en el colchón, eran momentos horribles para mí, ya ni leer la biblia ni ponerla al lado de mi cama eran suficientes para espantar ese espíritu.
Luego conocí a un amigo que es clarividente, yo no sabía que lo era y él no sabía nada de mi situación, inmediatamente descubrió al muchacho muerto y me dijo que estaba siempre a mi lado y bueno, cosas muy terribles de su muerte, yo le pedí que me dejara en paz y mi amigo con sus poderes extrasensoriales logró convencer a ese espíritu de molestarme. Muchos días después, claro que seguimos jugando a la ouija y para desfortunio mío, se le metió a mi mejor amiga, fué una experiencia que nos dejó marcados a los que la vivimos y por eso les recomiendo que nunca se metan con eso, es una puerta dimensional que apenas la abres no hay cómo cerrarla.
El que busca....encuentra. No busques problemas