El Barcelona es, como dice su 'slogan', más que un club. Sus títulos lo avalan. No hay competición en el mundo que el Barcelona no haya ganado, pero en los últimos años presentaba una imagen de equipo descentrado y descapitalizado. Esas temporadas el equipo estaba dirigido en el vestuario por Robbson y Van Gaal y el conjunto no encontraba su sitio ni en la Liga española ni en Europa, dejando al Madrid el cartel de 'mejor equipo del mundo'. Este año todo ha sido diferente. Quedar primero se presentaba como un reto nada fácil, ya que los equipos españoles venían reforzándose últimamente de forma muy cuidada en todas sus líneas, pero entre las sorpresas que siempre depara esta Liga y el trabajo duro, el Barça cumplió su objetivo: ganar y recuperar la ilusión del 'Dream Team' de Cruyff.
La primera clave se podría datar en el verano de 2003, cuando Laporta fue elegido por los socios como presidente del club. Una nueva política empresarial empezaría por refrescar la cúpula de la sociedad. Ni la gestión ni la imagen del ex presidente, Joan Gaspart, favorecieron a la entidad y terminó sumiendo al Barcelona en una grave crisis directiva que irremediablemente afectó también a los resultados en el terreno de juego.
Como segunda clave estaría la llegada al banquillo de Frank Rijkaard. Al principio algunos podrían pensar en una nueva oleada de holandeses al club, pero no fue así. El entrenador sabía que había vida más allá de los Países Bajos y así se lo hizo saber a su presidente. Cracks sí pero mediáticos... no tanto. Otra clave podría ser que los fichajes de la 'era Rijkaard' no son víctimas del glamour y de los escándalos. Los jugadores venían con mucha ilusión y con más hambre de gol que de flashes.
Una clave muy importante es que desde la salida del Barça de Pep Guardiola el equipo no encontraba un referente en el terreno de juego. El catalán era el capitán que todo equipo necesita. Era el alma del centro del campo y repartía juego y carisma. Ahora en ese puesto se ha consolidado Xavi Hernandez, que con 25 años es uno de los ídolos de la afición.
Estos chicos disfrutan jugando. Es otra de las razones por la que el Barcelona se ha hecho con la Liga. Han maravillado con su juego. Jugadas trenzadas, pases imposibles y goles de fantasía. Todo eso con un juego límpio y respetuoso. Fundamental ha sido el alma y la vida que ha dado Ronaldinho al equipo, que se nota que le gusta lo que hace y contagia a sus compañeros.
El Barcelona es un bloque consolidado. Los jugadores, tantos los que ya estaban como los que llegaron a principio de temporada, se han adaptado perfectamente y lo han demostrado jornada tras jornada. En la plantilla no distinguen de 'cracks' ni de 'obreros', todos juegan en la misma división. Una piña defensiva ha hecho posible que Víctor Valdés sea el portero menos goleado de la Liga, factor importante para ser campeones y una de las claves más importantes para descubrir los secretos del Barça.