Desde 2019 el Sahel ha sido testigo de una serie de golpes de Estado, los cuales han resultado en cambios de gobierno en seis países de la región. De estos, cinco fueron antiguas colonias francesas –Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad–, mientras que el restante, Sudán, fue una colonia británica. No muy lejos, más al sur, Gabón sufrió el mismo destino, también como excolonia francesa.
Si bien la salida de Francia de esta región se dio ya en los años sesenta, la descolonización solo se produjo parcialmente, ya que persistió una posición de dependencia económica materializada en la sumisión monetaria mediante el franco CFA, la presencia de tropas del Hexágono y la explotación de los recursos naturales por empresas francesas, situación que ha provocado un creciente rechazo en estos Estados.
Estos países han destacado por la perpetuación de sus dirigentes en el poder –como en Gabón, donde la familia Bongo ha gobernado desde su independencia–, la corrupción, la incapacidad de hacer frente a grupos insurgentes y la falta de progreso económico, aunque cada uno de ellos cuenta con sus propias particularidades.
Junto con el creciente interés de China, que es el principal inversor extranjero en el continente, y de Rusia, han surgido nuevos actores involucrados en esta región. Destaca el grupo Wagner, el cual se enfoca especialmente en influir en los Gobiernos y obtener acceso a los diversos recursos naturales existentes en la región, como el uranio o el oro. Este fenómeno pone de manifiesto que el Sahel se está convirtiendo en un área de influencia en disputa.
Sin embargo, otro importante actor, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), ha intentado frenar esta oleada golpista, aunque sin mucho éxito. Pese a que en el pasado cosechó algunas victorias, como en la intervención en Gambia en 2017, desde 2019 únicamente ha suspendido la membresía de los países golpistas. Cuando consideró la intervención militar en 2023 en Níger, la junta militar nigerina, Malí y Burkina Faso crearon la Alianza de los Estados del Sahel (AES) como una agrupación de defensa mutua para garantizar su integridad. Además, estos Estados ya han anunciado su salida de la CEDEAO.
En consecuencia, se está dando una completa reorganización de la región, muy en especial en algunos Estados con golpes exitosos como Níger o Burkina Faso, donde la retórica anticolonial y antifrancesa podría estar transformándose en una narrativa antioccidental. De igual manera, el Sahel también está jugando un papel de relevancia en la guerra de Ucrania a través de enfrentamientos entre tropas rusas y ucranianas en países como Sudán, revelándose así como un escenario de gran importancia estratégica.